El camino para los Derechos Humanos ha sido largo y sinuoso. Entre sistemas, ideologías y culturas se han ido moldeando y fortaleciendo durante la historia de la humanidad. No así la contraparte correspondiente a los Derechos Animales cuya evolución puede contarse en algunas cuantas décadas atrás.
Según la revista Times, a partir del 2015 cada huevo producido en California (y comercializado dentro de dicha región) deberá cumplir las reglamentaciones correspondientes a la manufactura de productos avícolas que contempla, entre otras cosas, estrictas regulaciones sobre el espacio, sanidad y trato a las aves.
Otros estados en la Unión Americana están adoptando medidas similares. Medidas que además gozan de amplia aceptación popular, llevando a gobernantes a considerar seriamente estos hechos como una realidad altamente rentable en términos de capital político. Pero ¿qué pasa con la observación de dichas leyes?
Sin estar en contra debemos analizar las repercusiones que la consideración de los Derechos Animales traerá a los sectores económicos y de mercado, sobre todo si en México comenzaran a aplicarse por igual. Es posible en nuestro país surja eventualmente la idea dentro de las fuerzas políticas, aprovechando tal oportunidad y abanderándose con tal causa, afectando con ello el desarrollo empresarial.
En primer lugar el incremento de costo para los productores. Un trato justo y correcto a animales productores también acarrea una serie de “comodidades” que acrecientan el peso económico para los empresarios. ¿Quién absorberá los incrementos?
Segundo, aquellos productores sin capacidad de ofrecer tales garantías de Derecho Animal, perderán competitividad en los segmentos de mercado estadounidenses, pues las leyes aplicarán también a todo aquel que desee comercializar en tal país. ¿Quién podrá subsistir ante dicha barrera legal?
Tercero ¿qué tan importante le resulta a los consumidores la observación de estas normas? Es evidente que para el consumidor mexicano, la exigencia de Derechos Animales variará dependiendo del producto y de otras variables que afecten la percepción del mismo. Claro está que es más deseable adquirir un bien donde sabemos que el animal en cuestión fue tratado “amablemente”, pero esto no siempre puede ser el caso, sobre todo en una cultura donde los animales no son percibidos como existencias iguales.
La pregunta final es hasta qué punto los productores nacionales deben contemplar este fenómeno, si es en realidad una tendencia de mercado o sólo una moda pasajera y qué medidas tomar en consecuencia. ¿Esperar a ver qué pasa o actuar con antelación? Ahí no hay dilema.
Fuente: Times
lunes, julio 19, 2010
Derechos Animales
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1 comentarios:
Es frustrante, este escenario de inseguridad que esta atravesando M... Ver máséxico, de tiene o atrasa muchas cosas, en el ámbito político, económico y muy lamentablemente en lo referente a Derechos Humanos, sobre entonces decir, ni pensar en los Derechos de los Animales. Algunas vez tuvimos una charla sobre el desarrollo de disciplinas Artísticas en una sociedad o civilización, para que eso se lleve acabo deben de cubrirse otras necesidades “básicas”, como seguridad, alimentación, sustentabilidad, estabilidad etc.; lo mismo aplica para mi la cuestión de los Derechos Animales. No podemos garantizar los derechos hacia los animales si primero no tenemos las garantías mínimas para los DH. Yo no lo veo como DA&DH, primero se deben avalar los DH, para que sobre estos se puedan ya sustentar los Derechos de los Animales. Por eso me entristece mucho lo situación actual, en muy pocos aspectos estamos estancados, en la gran mayoría estamos retrocediendo, y en muy contados (con los dedos de la mano) estamos avanzando.
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